Tal y como se preveía, en su huída a Galicia, sir John Moore, general al mando del ejército británico en la Guerra Peninsular, ha hecho su entrada este viernes en Astorga. Acompañado por varias unidades del ejército y escoltado por los militares españoles, el general llega desde Benavente en su camino a La Coruña.
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LA JUNTA DE DEFENSA Y ARMAMENTO DE ASTORGA Y EL EJÉRCITO AUXILIAR BRITÁNICO DEL GENERAL JOHN MOORE EN LA CAMPAÑA DE 1808.
“A la Ciudad de Astorga, Naturalmente”
Introducción
A comienzos del siglo XIX, es Astorga un núcleo urbano de mediana entidad que no rebasa los 3.500 habitantes. Cabeza de Obispado y de Corregimiento es, a su vez, Señorío Jurisdiccional – Marquesado – de los Osorio /también Condes de Altamira, Duques de Sessa y Marqueses de Velada) que residen habitualmente en la Corte.[1]
Se significa Astorga como un típico centro urbano de Antiguo Régimen. Lugar de residencia de élites acomodadas eclesiásticas y de la baja nobleza hidalga y rentista que controlan todos los resortes de la vida política, administrativa y económica, desde el Regimiento Municipal de la Ciudad, a escala local y comarcal en el ámbito de los pueblos del alfoz de su Jurisdicción, rebasándola a veces.[2]
Astorga se configura, por una parte, en un casco urbano amurallado, sede de élites rentistas, profesiones liberales y pequeños comerciantes y artesanos acomodados. Por otra parte, hay tres arrabales con un claro predominio de campesinos, jornaleros y pequeños artesanos, dependientes y al servicio de los primeros. Cuenta la Ciudad, asimismo, con un importante número de eclesiásticos (seculares y regulares) y de casas religiosas (conventos, hospitales, hospicio, seminario y cofradías).[3]
Se organiza Astorga en siete parroquias (cuatro urbanas: santa Marta, San Miguel –esta Castrense-, San Julián y San Bartolomé; y tres extramuros: Puerta de Rey, San Andrés y Rectivía). Su privilegiada situación geográfica natural, como nudo de comunicaciones desde su fundación romana, etapa señalada en el Camino de Santiago y de la Ruta de la Plata en época Medieval, y en los tiempos Modernos, lugar de paso obligado entre Galicia y la Meseta, a través del Puerto de Foncebadón, en el viejo Camino Francés, y del nuevo Camino Real, por el puerto de Manzanal, dieron a Astorga, durante la Guerra de la Independencia, un protagonismo no deseado por sus habitantes y no acorde a su entidad política, demográfica o económica, sino debida a su estratégica posición geográfica.[4]
El presente trabajo de investigación pretende profundizar en el conocimiento de la famosa y, a la postre, funesta, primera campaña británica en la Guerra de la Independencia; la del “Ejército Auxiliar Británico”[5] del general sir John Moore en el invierno de 1808, y, en concreto, en la presencia en Astorga de la División británica de su subordinado, el Teniente General Sir David Baird.
Como ya hemos dicho, es esta una campaña muy conocida y tratada por los Historiadores[6], y, nosotros, sin pretender repetir lo ya conocido, intentamos aportar una visión novedosa, y, por las características del presente trabajo, fundamentalmente descriptiva de tal campaña, a una escala local, la de la Junta De Defensa y Armamento de la Ciudad de Astorga, a partir de la abundante y poco conocida documentación, sita en el Archivo Histórico Municipal de Astorga.[7]
CONSTITUCIÓN DE LA JUNTA ASTORGANA Y LLEGADA
DEL EJÉRCITO BRITÁNICO
Los sucesos de Bayona y de Madrid ocasionan en la ciudad un gran descontento social. Son las noticias Llegadas desde Asturias y León las que impulsan al pueblo a manifestarse vivamente ante las Casas Consistoriales exigiendo la creación de una Junta y el que las autoridades se sumen a la rebelión.
Las élites de poder astorganas consienten, inquietas, tras cerciorarse de la constitución de una Junta en León y de la suma del capitán General de Castilla la Vieja, el general Don Gregorio García de la Cuesta, a la rebelión, ambas el 1 de junio. Consiguen, sin embargo, esas élites que forman el Regimiento de la ciudad, canalizar sin violencias el proceso de rebelión y seguir controlando el nuevo organismo: la Junta Local de Defensa y Armamento de Astorga, que se constituye el 5 de junio[8] presidida por el Obispo Don Manuel Vicente Martínez Jiménez.
Enseguida y por indicaciones del General Cuesta y de la Junta Suprema Gubernativa del Reino de León, se inician los alistamientos, se forman Comisiones de Víveres, Bagajes y Alojamientos, y una Tesorería. Al frente de la Tesorería se colocó, el 6 de junio a Don Cayetano Rodríguez de Cela, hidalgo de 66 años, capitán retirado del Regimiento de Milicias Provinciales de León y Administrador de Bulas de Cruzada en Astorga y su diócesis. Como ayudante y contador se nombro a Don Agustín Díaz de Poule, hidalgo y comerciante acomodado, uno de los cuatro diputados electos por las parroquias para la Junta. Tal nombramiento fue aprobado por la Junta de León el 19 de Junio, declarándoles sujetos al Tesorero General Don Francisco Vallejo y al Intendente de ejército Don Antonio Gómez de la torre para la recaudación y salida de caudales para la guerra[9].
La tesorería de la Junta astorgana llegaría a recaudar, antes de la llegada de británica, entre julio y octubre, un total de 397.852 reales, recogiendo los Caudales siguientes.[10]
Carácter Estatal:
- Fondos de consolidación y extinción de vales: Se ponen en manos del tesorero de la Junta 240.000 reales, el 27 de junio, y por orden del Director de la Delegación de tales rentas en León Don Francisco Vallejo a su Subdelegado en Astorga, Don Ambrosio Ramón Ayete (Estado llano).
- Administración de Rentas Reunidas: Se entregan al tesorero 45.444 reales el 8 de septiembre por su Administrador el Regidor Don Antonio Martínez Flórez.
Carácter eclesiástico:
- Fondo de expolios y vacantes: Su Administrador Don Pedro Rubín de Arguero (hidalgo y Procurador) entrega al tesorero 112.408 reales el 25 de junio.
Se dejaron, de momento, sin tocar los Fondos de Bulas de Cruzada. El resto de los caudales se recogieron en la Tesorería de la junta, previo acuerdo y permiso de la Junta de León, que había asumido la Plena Soberanía en su proclama del 1 de junio.[11]
Con estos recursos y otros muchos más, humanos y materiales, que se fueron agregando durante el verano 1808, la Junta de Astorga contribuyó eficazmente en el envío de alistados para el ejército de Castilla del General Cuesta, y, sobre todo, al sostenimiento con víveres, bagajes y dinero dl ejército de Galicia, en tránsito hacia la Meseta a través de Astorga, del General Don Joaquín Blake y Joyes. Todo lo cual supuso una experiencia de primera mano par la Junta sobre las gravosísimas consecuencias del sostenimiento de grandes contingentes militares en época de guerra.
A punto de ser ocupada por las tropas del General Bessiers, tras la derrota española de Medina de Rioseco al 14 de Julio, la victoria española en Bailén alejó momentáneamente a las tropas francesas y Astorga y sus comarcas sirvieron de nuevo, en ese verano, de base de suministros a las tropas del refundido ejército de la Izquierda del General Blake. Este instala en Astoga su Cuartel hasta su avance hacia el Ebro a finales de agosto. Solo quedaría en Astorga como guarnición permanente durante todo el invierno el 3º batallón del Regimiento de Infantería de Línea Zaragoza, con cerca de mil reclutas en período de instrucción y con parte de su sostenimiento a cargo de la Junta.[12]
Por otra parte Inglaterra, que decreta el 4 de julio cese de hostilidades con España, tras un victorioso desembarco de un ejército expedicionario en Portugal, el 1 de agosto, que consigue la derrota y evacuación del Cuerpo de Ejército del General Junot por las capitulaciones de Cintra del 30 de agosto, decide pues el Gobierno Británico enviar nuevos refuerzos y constituir un ejército de campaña de alrededor de 30.000 hombres de todas las armas para cooperar con los Ejércitos Españoles.[13]
Ya el 9 de agosto el gobierno inglés había enviado a La Coruña un agente diplomático, Charles Stuart, el cual asistiría a la primera Sesión Constitutiva de la junta Suprema Central en Aranjuez, el 25 de septiembre. Su secretario Richard Vaughan dejó el testimonio de sus impresiones y vivencias en un valioso diario que recoge su estancia en España entre los meses de agosto y diciembre de 1808.[14]
Igualmente había sido destacado desde el ejército británico en Portugal el Mayor General Lord William Bentinck hacia Madrid, para coordinar con las autoridades españolas la ayuda militar británica. Se acordaría que el ejército auxiliar británico actuaría junto al pequeño ejército de Extremadura, como bisagra de los ejércitos de la Izquierda y del Centro, en Castilla la Vieja, en la futura campaña otoñal.
Alrededor de 20.000 hombres al mando del General Moore avanzarían en dos columnas (la infantería con el propio Moore y la caballería y artillería al mando de su subordinado Lord Hoope), hasta reunirse en Salamanca. Allí esperarían la llegada desde Inglaterra de un cuerpo de refuerzo de cerca de 11.000 hombres al mando del Teniente General Sir David Baird. Esta División se presenta ante La Coruña el 13 de octubre, pero la Junta de Galicia, no avisada de antemano, pone reparos a su desembarco, que no se verifica hasta pasados unos días y con visible disgusto, según relata Vaughan.[15]
A cambio las autoridades españolas presionaron a Baird para que el tránsito de su división, a través de Galicia hacia Castilla, se hiciese por destacamentos de 2.000 hombres separados entre sí por varias jornadas de marchas.[16]
Las razones no eran un mero capricho d las autoridades españolas. La experiencia del verano anterior, con la rápida formación del ejército de Galicia, y su tránsito hacia Castilla, falto de un servicio de intendencia y de transportes (del que también carecía el ejército británico en 1808) había supuesto un caos organizativo, desabastecimiento de las tropas y el que éstas provocaran desórdenes y estuvieran prontas casi al motín y al saqueo. Testigo de esta situación de San Pedro de Salazar y Nieto, Regidor del ayuntamiento de Astorga, miembro de su Junta y Comisionado por esta ante el Capitán general de Galicia Don Antonio Filangieri, le cual escribe a su Junta Villafranca del Bierzo el 19 de junio:
“…las tropas han padecido en su marcha hasta aquí muchísima hambre y sed; en término de pasarse días enteros sin comer ni probar vino, vienen también sin dinero… En esta villa hay la mayor confusión, por que como todo el ejército se ha echado encima sin esperarse, no hay cosa con cosa. La tropa hambrienta y sedienta por milagro guarda algún respeto… y todo tiene un aspecto que contricta y atemoriza…”[17].
La situación de las fuerzas británicas de Baird podría haber sido semejante de no optarse por las medidas anteriores. Además también carecían de los transportes y caballerías adecuados, y era muy difícil encontrarlos en Galicia y León por las razones ya indicadas. Por otra parte el ejército Británico comenzó la campaña muy escaso de dinero (en contraste con los generosos fondos que su gobierno había ido enviando a las juntas patriotas, los cuales empero no fueron empleados con eficiencia debido a las políticas divergentes y particularistas de cada Junta) Baird sólo había recibido 8.000 libras de Moore. Sólo a finales de octubre con la llegada a La Coruña de Mr. John Hookman Frere, Ministro plenipotenciario para España, conseguiría Baird apenas otras 40.000 libras más. El 9 de noviembre el navío británico Tigre llegó a La Coruña con más fondos, unas 500.000 piastras de plata. Este dinero veremos que tardó mucho en llegar a la Tesorería de la Junta de Defensa y Armamento de Astorga, como reintegro de los cuantiosos fondos que iba a tener que empezara a invertir n los suministros para los auxiliares británicos.[18]
Baird inicia la marcha desde La Coruña el 26 de octubre, escalonando sus tropas y eligiendo Astorga como lugar de concentración de toda su División, para, posteriormente, avanzar desde aquella a reunirse con su superior Moore y el ejército británico de Portugal.
Las primeras noticias directas que le llegaron a la junta de Astorga sobre la pronta llegada de tropas británicas, en tránsito hacia castilla, es de la mano de un Oficio del Intendente de la provincia de León y miembro de su Junta, Don Jacinto Lorenzana, fechado en León el 27 de octubre. Tal oficio llega al Corregidor y Presidente ‹‹efectivo›› de la Junta Don Pedro Costilla y Abastas, la mañana del 29. En él, el Intendente le comunica que ha recibido instrucciones del Secretario de estado de la Junta Central Suprema y gubernativa del Reino, Son Martín de Garay, con fechas del 17, sobre la necesidad de realizar los acopios de víveres necesarios para abastecer, así como alojar, a las tropas inglesas que vendrán por Galicia hacia Castilla Pegarán tales suministros a precios regalados y nada debe faltarles…
“Atendiendo a lo mucho que se interesan en nuestro bien una nación tan generosa”[19]
En este momento tenemos que recordar que la Junta Central había celebrado su primera sesión constitutiva, tras arduos preparativos, el 25 de septiembre en Aranjuez; y que una de sus primeras polémicas decisiones había sido la de destituir al Capitán General Don Gregorio de la Cuesta, de gran ascendiente sobre toda Castilla y León, por sus enfrentamientos con las Juntas. En Astorga había gozado Cuesta de gran reconocimiento, llegando a la Junta astorgana a desobedecer órdenes de la Junta de León en el enfrentamiento de aquella con el General Cuesta[20].
Tal destitución causó un hondo malestar del que fue testigo Richard Vaughan, y que aduce como una de las causas en la falta de entusiasmo que muchas autoridades patriotas mostraron a la hora de asistir a aquel ejército auxiliar británico tan recomendado por la Junta Central:
“…para los que han viajado por León y Castilla, debe haber sido muy evidente la popularidad del General Cuesta… estoy casi convencido de que la apatía y la indiferencia de las clases altas españolas que, a decir de los oficiales ingleses ha existido en León y Castilla, puede atribuirse a una disposición por parte suya a ofenderse por el trato que su general favorito había recibido en la junta Central”[21]
Tal oficio del Intendente Lorenzana fue tratado en sesión de la Junta astorgana el 30 de octubre. Este día se aloja en Astorga el Marqués de la Romana al que la Junta auxilia con tres caballerías para que continúe su viaje a Santander (ese mismo día recibe el General Blake su cese al frente del ejército de la izquierda, que habría que ocupar aquél).
En sesión del 2 de noviembre la Junta astorgana decidió anular la orden del Comisario General de Cruzada del Reino, Don Patricio Martínez Bustos, del 22 de octubre, a su tesorero en la diócesis de Astorga, Don Cayetano Rodríguez de Cela, sobre qué:
“…los caudales de este ramo tras la instalación de la Junta Suprema Central debían tomar el giro que tenían antes y caso de haberse entregado alguna cantidad remita documento y justifique al entrega”[22]
Se hace esto en previsión de los próximos gastos que la Junta habría de realizar, posiblemente, adelantando el dinero, para abastecer a las tropas británicas del General Baird. La Junta, tras votación, acuerda comunicar al tesorero Rodríguez de Cela que suspenda la remesa de los caudales de Bulas de Cruzada, sin necesidad de consulta previa a la Junta Suprema Central, a la que si se le da, sin embargo, testimonio de tal decisión.
En la tarde del día 3 hay una nueva sesión, al haberse presentado ante la Junta el Comisario Asistente, John Drake, por orden del Diputado Comisario General Robert Kennedy. Su comisión era la de informar a todas las autoridades de los lugares de tránsito, de la necesidad de realizar acopios de suministros para las tropas [23] británicas, y, sobre todo, de establecer almacenes de forrajes vitales para el movimiento del ejército.
La Junta astorgana nombra inmediatamente dos Comisiones especiales para tal fin, integradas con miembros de la Junta:
Comisión de suministros y barajes:
- Don Santiago Salvadores (hidalgo, propietario rentista y diputado electo por las parroquias para la Junta).
- Don Fernando Diez Peco (notario, estado llano y diputado del Común del anterior Ayuntamiento).
- Don Manuel Pérez Vázquez (platero, estado llano y Procurador Síndico General del común, también en el anterior Ayuntamiento).
- Comisión de Alojamientos:
- Don Pedro Costilla y Abastas (Corregidor y Alcalde Mayor)
- Don Alejandro Izquierdo (Abad de Compludo y Canónigo)
- Don Ramón Martínez Flórez (Regidor y Administrador de Rentas Reunidas)
- Don Jerónimo Alonso Salvadores (Hidalgo y Abogado de los Reales Consejos).
Acuerda, asimismo, la Junta realojar al 3º Batallón del Regimiento de Infantería de Línea Zaragoza, que estaba en el Seminario, en los pueblos circundantes, para hospedar con la mayor comodidad a los Británicos.[24]
La Junta consigna también que, de no satisfacerse los importes de los suministros en el acto por los Comisarios británicos, sería ella quien los iría sufragando con calidad de reintegro.
Es al día siguiente cuando el Comisario Draque entrega al Corregidor un documento, ya formalizado, en el que se recogen las necesidades inmediatas de raciones para el ejército, que también incluiría el establecimiento de un almacén capaz para diez días de suministro, con los siguientes acopios (pues el primer destacamentos de 2.000 hombres llegarían el día 5 y luego sucesivamente el resto, con la caballería en último lugar):
- 150.000 libras de pan
- 15.754 medidas de vino a 8 cuartillos cada uno
- 8.470 fanegas de cebadas
- 550.000 libras de paja
- 100.000 libras de leña
- 50.000 libras de carne
Como ya hemos dicho el mando británico contaba con 10 días como mínimo para ir concentrando a la división de Baird en Astorga (aunque luego la estancia se prolongaría casi un mes). También se especifica como se había de distribuir en raciones. [25]
En el contexto general de la guerra, los ejércitos franceses reforzados con grandes contingentes y el mismo emperador a la cabeza, empiezan una gran ofensiva batiendo sucesivamente a los descoordinados ejércitos españoles. El día 10 de noviembre el Ejército de Extremadura es derrotado en Gamonal, y el 11 el Ejército de la Izquierda lo es también en Espinosa de los Monteros. Moore, que está en Salamanca desde el día 13, conoce esto el 16 y el 18, así como que los franceses han entrado en Valladolid. Se encuentra con que todavía no ha podido concentrar todas sus tropas y ya ve disgregarse, derrotados, los ejércitos españoles con los que había de operar. Cada vez mas aislado piensa en retirarse a Portugal desde su base en Salamanca. En espera de noticias del General Castaños y su ejército del Centro, ordena a Baird que acabe de concentrar su División en Astorga y que no rebase este punto. Por tanto la estancia de estas tropas en Astorga rebasó el tiempo que se tenía previsto, tanto por el mando británico como por la Junta de Astorga, la cual tendrá que empezar a realizar todo tipo de suministros a una escala desconocida hasta el momento y sin haber recibido dinero alguno por adelantado de los comisarios británicos.
El 15 de noviembre encontramos al Comisario Asistente John Drake de nuevo en Astorga, realizando con la Junta rápidas gestiones por orden del 2º Comisario General en La Coruña Mr. Luthjens, a fin de establecer un almacén de forrajes con no menos de 5.000 raciones. Pide a la Junta un edificio apropiado y personal competente. Les anuncia también que llegaran víveres salados y demás bastimentos desde La Coruña, que ha de almacenar en Astorga. Asegura a la Junta que se le irán reintegrando los caudales invertidos por medio de Letras de Cambio, dirigidas a la Comisaría General del ejército británico en La Coruña.[26]
El día 18 el Comisario Drake les informa de que ya hay 6.000 soldados británicos concentrados en Astorga. Pregunta a la Junta el nº de raciones de forraje, que tiene ya disponibles, y pide inspeccionar el edificio de almacén. Asegura que la caballería de Baird está próxima a llegar, y es necesaria rapidez y actividad para que la Junta continúe con las exacciones a los pueblos circundantes.[27]
La verdad es que la Junta astorgana estaba sufriendo graves problemas para conseguir al acopio de los suministros. La fecha de los 10 días de estancia se había rebasado ampliamente, y, todavía su Tesorería no había visto hecha efectiva ninguno de los recibos y bonos librados por los comisarios británicos, estando apurando sus recursos económicos hasta el límite.
Tales dificultades fueron interpretadas como falta de celo por el mando británico que eleva una queja a la Junta de León ese mismo día 18 de la mano del Comisario Ayudante John Brodett pues:
“La Junta y el Corregidor de Astorga no se prestaban como era debido a la suministración de víveres y demás auxilios indispensables para la subsistencia del ejército inglés que había llegado a aquella ciudad”
La Junta de León acuerda comisionar a Don Félix González Mérida[28]para tratar de agilizar tales operaciones:
“…por el interés que resulta a la nación en el exacto cumplimiento de los deberes para con sus íntimos aliados, y tan recomendados por la Central”[29]
Desde el día 19 Baird se halla en Astorga, donde instala su Cuartel General. Sin embargo, su retaguardia está aún al Este de Lugo, y con ella sus tres regimientos de Caballería Ligera, que habían sido los últimos en desembarcar, y sin los que le era imposible efectuar exploraciones y reconocimientos, campo abierto, hacia Benavente, por lo que tratará de que sean las autoridades españolas las que le mantengan informados con escuchas y espías sobre los movimientos franceses en Tierra de Campos (en realidad, la caballería no llegaría hasta el día 28).[30]
Al día siguiente la Junta de León es informada de que ya se encuentran avanzadas francesas en Sahagún y Mayorga, por lo que acuerda solicitar al General Baird que avance hacia León con toda o parte de su División, para proteger la capital; lo cual es rechazado por aquél[31]. Es mas, ante estos informes y otros del General Blake, que retrocede hacia León con los restos del ejército de la Izquierda, acerca de la presencia de fuertes contingentes franceses en Ampudia y Medina de Rioseco, dispuestos a avanzar sobre León, el General Baird detiene su avance hacia Benavente y prepara, incluso, su retirada hacia Galicia.
El día 22 la Junta de Astorga, de mano del Comisionado Sr. Mérida, comunica a la de León que su situación es insostenible; que hasta el momento ha suministrado a los británicos cuanto se le ha pedido, a costa de muchos sacrificios, por un valor de mas de 500.000 reales (entre los que se incluye un préstamo de 200.000 reales, en metálico, pedidos por el Comisario Drake), sin que, hasta el presente, se les haya reintegrado ninguna cantidad. Que en la tarde del día 21 se les ha vuelto a pedir, para entregar el día 24, en el que los ingleses tienen previsto reiniciar su marcha, nuevos y cuantiosos suministros[32]. Por lo tanto, solicita el auxilio de la Junta de León, sobre todo para el acopio de galleta, cebada y pan blanco, asegurando la Junta de Astorga el pago inmediato a los proveedores a precios corrientes en los mercados públicos.[33]
La respuesta de León en ese mismo día les llega el 23 por medio del Sr. Mérida. Les contesta que les es imposible responder favorablemente, pues ella misma tiene que abastecer a los 6.000 soldados españoles que hay en León, y que tienen que llegar entre este día y el siguiente los restos del ejército de la Izquierda en número de 18.000 hombres, y que también ha prestado ya 300.000 reales al General Moore.[34]
Además, la Junta tiene que empezar ese mismo día a alojar a tropas británicas fuera de una Astorga ya saturada, en el pueblo de Castrillo de los Polvazares, a tres cuartos de hora de la ciudad.[35]
En Astorga Baird escribe a su superior Moore, en Salamanca, anunciándole que hasta el 4 de diciembre no llegaría a tener toda su División reunida.[36]
El día 24 acontecen varios sucesos. En León el Marqués de la Romana toma el mando efectivo del ejército de la Izquierda, sustituyendo a Blake, y comienza una febril actividad para intentar reequipar y abastecer a unas tropas derrotadas, que carecían de lo más indispensable.
En Astorga la Junta, para hacer frente a los últimos y cuantiosos gastos, decide, finalmente, echar mano de los fondos, de Bulas de Cruzada y así lo comunican a su administrador, que es el mismo Tesorero de la Junta, Don Cayetano Rodríguez de Cela. Le ordenan librar a los Comisionados de la Junta, Don Santiago Salvadores y Don Jerónimo Alonso Salvadores 100.000 reales cada uno, para pagar los últimos acopios de víveres y cebada, que han hecho, respectivamente, para este día 24, para los británicos. Le ordenan también que retenga a su disposición al resto de los caudales (hasta diciembre se confiscarían otros 180.000 reales) y que comunique tal actuación al Comisario General de Cruzada del Tribunal del Reino, pues ellos harían lo mismo.[37]
Justifican tal acción por las estrechas órdenes de la Intendencia de León, referentes a otras de la Junta Central, que la autorizan a echar mano de todos los Caudales Públicos.
También este día la Junta de León da plena autoridad a la de Astorga para conseguir víveres en todos los pueblos de la ribera derecha del Órbigo (desde Carrizo hasta La Bañeza, y con la Jurisdicción de La Valduerna). Sólo puede auxiliar a la Junta astorgana con 24.000 cuartillos de vino, pues el avance francés imposibilita traer grano, vino, cebada y paja de Tierra de Campos, ya que los carreteros se resisten a pasar a Toro y Cabezón.[38] La Junta de Astorga aceptará pero, ante la falta de caballerías por el embargo general de Baird sobre todas ellas, se verá en la necesidad de recurrir al propio General, para que les ceda las necesarias[39]
Efectivamente, esa mañana del 24 las tropas británicas (entorno a 8.000 hombres) se ponen en movimiento. Pero, ante el asombro de los astorganos, se retiran hacia Galicia y tratan de retardar por todos los medios la salida de tales noticias. El Obispo de Astorga, Don Manuel Vicente Jiménez, consigue comunicarlo al Presidente de la Junta de León:
“Esta mañana nos hemos hallado con la novedad de que los ingleses tenían tomadas las puertas de la ciudad sin dejar salir a nadie de a pie ni a caballo por ningún pretexto; al mismo tiempo se veían disponer sus equipajes, y a las diez han salido para Galicia… llevándose la artillería, sin quedar aquí ahora, que son las tres de la tarde, sino el general, sus edecanes, y la guardia que conserva en las puertas, prohibiendo la salida con el mismo vigor que en toda la mañana En esta imposibilidad de dar a vs. aviso por esta Junta, he pensado escribirle yo, y con el pretexto de salir a paseo, encuentro en el campo a quien le conduzca esta”[40]
El mismo comisionado de la Junta de León, el Sr. Mérida, que iba a salir hacia la capital, finalizadas sus gestiones, se ve impedido de hacerlo, asistiendo a que:
“El vecindario se halla sorpresa temiendo alguna desgracia a vista de la conmoción de los ingleses”
Acude a la Junta en busca de noticias y aconseja a sus miembros que soliciten por escrito explicaciones al General Baird de sus actuaciones. Así se evitarán futuras peticiones de responsabilidades por parte de la Junta Central. Ruega que le informen para que él, disimuladamente, lo comunique a León.[41]
Así lo hace la Junta que llega a exigir a Baird que de cuenta de la causa de tal retirada que ha sumido a la Junta y a toda la ciudad en la mayor consternación.[42] Baird le responde que le han llegado noticias de la presencia francesa en Medina de Rioseco, que le es imposible reunirse con el General Moore y su ejército, y que tiene que retroceder a posiciones más seguras en las montañas gallegas. El General británico se retira al Bierzo, aunque, enterado Moore, le ordenará suspender tal movimiento y mantener ocupada Astorga. Baird obedece y hace emprender el regreso hacia Astorga a sus tres regimientos de caballería. La Junta astorgana prevé grandes dificultades, para abastecerles de forrajes, pues ya no llega cebada de Castilla, y la provincia siempre ha sido escasa en ella. Propone el Comisionado Don Jerónimo Salvadores que se mezcle la cebada con centeno a partes iguales, como el Comisario Drake había aceptado en caso de ser necesario. Sin embargo, el Capitán Charles G. Parley del Cuerpo de Ingenieros y agregado al Estado Mayor, responde en nombre de Baird que es necesario acopiar más cebada, pues los caballos ingleses no pueden comer centeno sin enfermar.[43]
El día 27 el Comisario General Luthjens comunica a la Junta que, entre el 28 y el 29 habrá que alojar a 2.000 hombres de caballería en los pueblos de las inmediaciones; sobre los que pregunta, así como del estado de los almacenes de forrajes para cuya creación se había comisionado al Comisario Drake. Ofrece también 100.000 reales en metálico hasta la próxima llegada de caudales (que, al final, no serían recibidos por la Junta).[44]
El día anterior había solicitado nuevas provisiones para dos días para las tropas británicas en Astorga y sus inmediaciones, que volverían a ser de unos 6.000 hombres. Les comunica también que, correspondiendo a su petición, el General Baird ha ordenado que las guardias no impidan el libre tránsito por las puertas de la ciudad, al entorpecer la llegada de suministros, acopiados por la Junta en la Provisión de Astorga. Felicita asimismo a la Junta por el celo mostrado.
Sin embargo, el nivel de recursos de la Junta está en un frágil equilibrio. Esta comunica, el día 28, a la Junta de León, a su Intendente, y al Marqués de La Romana, que les resulta imposible seguir abasteciendo por más tiempo a las tropas aliadas, por el corto vecindario de la ciudad, la escasez de sus fondos y la miseria de todos los pueblos de sus inmediaciones. Los abastecimientos realizados habrían bastado para el tránsito de dichas tropas, pero su dilatada presencia los han agotado. Piden auxilios de nuevo: que pueblos menos agobiados de la provincia concurran a Astorga con nuevos acopios. Especialmente, ruegan al Marqués de La Romana que no recargue a los sacrificados habitantes de Astorga con las tropas españolas a su mando. En efecto, las maltrechas Divisiones 1ª (que incluia a elementos dispersos del Ejército de Extremadura) y 4ª del Ejército de la Izquierda, acampaban en número de 6.000 hombres en la ribera del Órbigoy Benavides, a apenas dos leguas de Astorga. Habiendo comenzado a acudir a la Junta de Astorga sus Intendentes militares y aún simples oficiales, en busca de suministros y dinero.[45]
Ese mismo día 28 de noviembre, Moore conoce en Salamanca la derrota del último ejército español intacto, el Ejército del Centro del General Castaños, el día 23 en Tudela. Se encuentra, prácticamente, sólo frente a Napoleón con su pequeño ejército, dividido en tres cuerpos separados, (Lord Hoope con la caballería y artillería aún no se había reunido con él). No ve más solución que la retirada, y ordena esa noche a Baird que prepare de nuevo su repliegue hacia La Coruña. Tales despachos le son remitidos por mano de Richard Vauhgan, que regresaba a Inglaterra; el cual llega a Astorga la noche del 29, tras sortear patrullas de caballería francesa en Benavente.[46]
Ese día la Junta de León había respondido a la de Astorga, rogándole que continuara con sus esfuerzos; renueva su jurisdicción sobre los pueblos del Órbigo y la amplía a los que hay hacia El Bierzo, La Somoza y La Cepeda. También el Marqués de La Romana accede a retirar sus tropas de las inmediaciones de Astorga, aunque manteniéndose en los dos hospitales de Astorga cerca de 500 enfermos de su ejército.[47]
La caballería inglesa llega también, y son alojados, como comunica el ayudante del Comisario General John Brodett a la Junta, en los pueblos del Val de San Román, Val de San Lorenzo y Valdespino, a razón de 400 jinetes en cada uno. Insiste, empero, la Junta en la absoluta necesidad de suministrarles la mezcla de cebada y centeno a partes iguales.[48]
Con el inicio de la nueva retirada de la División de Baird comienzan los primeros desórdenes y excesos de las tropas británicas, que harán famosas las crónicas, desluciendo aún más la desastrosa campaña invernal del General Moore, y que serían un baldón en el prestigio del ejército británico, que ha permanecido en la memoria y tradición de estas tierras hasta nuestros días.
Así el día 29 un tribunal militar presidido por el Coronel Anderson, juzga a un soldado de su regimiento, el 1º de Guardias a pie, por el robo y profanación de una iglesia en Astorga. Es condenado con la aprobación del General Baird a 800 latigazos. Y el 1 de diciembre la Junta denunciará al mando británico que soldados, alojados en el Seminario, han robado esa noche alhaja de culto y ropa, forzando las puertas donde se guardaban.
Esa mañana inicia Baird la retirada hacia Villafranca del Bierzo, con un tiempo completamente invernal. Sólo deja en Astorga una brigada de caballería (7º y 10º regimientos de húsares) al mando de Lord Paget, para cubrir su retirada. Da a la luz una proclama en la que alude la imposibilidad de reunirse con Moore en Castilla, tras las derrotas de los ejércitos españoles en Gamonal, Espinosa y Tudela. Tal reunión se haría en Portugal por órdenes de su superior, con vistas a reiniciar luego las operaciones ofensivas. Galicia quedaría protegida por sus puertos de montaña y las tropas españolas del Marqués de La Romana. Finaliza diplomáticamente, agradeciendo la hospitalidad recibida:
“A los dignos moradores de estos reinos se deben los más vivos agradecimientos del ejército británico por la hospitalidad que en todas partes ha experimentado en ellos”
El 3 de diciembre Lord Paget comunica a la Junta que debe proporcionar 2.000 raciones diarias de víveres y forrajes para su caballería, y otras 2.000 raciones para igual número de hombres, que quedarían en el Puerto de Manzanal.
Al día siguiente se produce otro incidente ante la escasez de forraje, soldados del 10º de húsares se apropian en la calle de cuatro carros de paja trillada, que venía para la Provisión de la Junta. Los Comisionados, el Dean Don Manuel Montenegro y el abogado de Don Jerónimos Salvadores advierten a Lord Paget sobre la imposibilidad de continuar con los embargos de forrajes si no ordena que nadie de su ejército tome carro o caballería alguna sin orden de la Junta. Esta intenta, de nuevo cobrar los suministros realizados, en vista de que no acaban de llegar los caudales de la Comisaría General del Ejércitos Británicos en La Coruña. El mando Británico le remite al oficial jefe del Comisionado de Villafranca del Bierzo con las cuentas exactas y bonos entregados por los Comisarios británicos. Así lo hace el día 6 de diciembre.
Entre tanto las tropas españolas del Ejército de la Izquierda habían vuelto a realojarse en Astorga. Siguen los problemas con los forrajes, pues es ahora un oficial de Artillería a Caballo español el que se queja, el día 5, a la Junta, de que hay más proporción de centenos que de cebada en las raciones, y tiene 8 caballos con muermo, tras seis días de alimentarlos en esas condiciones.
Volviendo a Moore, las presiones políticas de Sir John Hookman Frere, de la Junta Central y los preparativos de los madrileños para resistir hasta el final, le hacen, al final, desistir de su retirada. Tratará, finalmente con el auxilio de La Romana de cortar las comunicaciones del ejército francés, rechazando al 2º Cuerpo del Mariscal Soult desde el río Carrión y Saldaña hasta Burgos para aliviar la situación de Madrid. A tal fin, regrese a ordenar a Baird que regrese sobre sus pasos hacia Astorga, y se encamine, cuando éste esté listo, hacia Benavente.
El día 9 recibe la Junta de Oficios de Don Juan Lorenzo de Torre, Comisionado de la Intendencia de León para el auxilio del ejército británico, desde Villafranca. Les anuncia que Baird marchará de nuevo hacia Benavente en destacamentos de 2.000 hombres a partir del día 10. También, que el Comisario General Luthjens le ha indicado la necesidad de establecer nuevos acopios y suministros en Ponferrada, Bembibre y Astorga. Les comunica asimismo que su letra de 20.000 pesos (400.000 reales) no ha podido ser recogida por una confusión, pero se remitirá a La Coruña y se pagará en breve. Que es necesaria la rapidez de la Junta en los suministros, para evitar los retrasos de un ejército, que ha de marchar hacia allí donde pueda ser más útil. Estos nuevos suministros serían recibidos por el Capitán Mr. Pym, Comisionado de Luthjens.
El día 10 les vuelve a comunicar el comisionado Sr. Lorenzo de la Torre que las tropas ya están en marcha. Les anuncia también, por primera vez, la llegada de caudales que vienen de Lugo y les comenta el paso hacia Astorga del Contador Navío de la Real Armada, Don Manuel Copete, Comisionado por el Intendente del Ejército de la Izquierda, para facilitar las gestiones en los suministros británicos.
Ese mismo día Baird, por medio del Capitán Charles G. Parley, informa a la Junta de sus nuevas órdenes de campaña y le solicita que recabe información sobre los movimientos de tropas francesas en Castilla por medio de espías, con especial interés en averiguar la situación, número y nombre de las unidades francesas, así como de sus jefes. Asegura que pagaría de su bolsillo generosamente tales servicios. La Junta responde de forma negativa el día 11 y parece mostrar una lógica desgana por todo el asunto.
A pesar de su promesa de colaboración con Moore, La Romana planea fortificarse y resistir en los puertos de entrada al Bierzo. A tal fin, ordena el traslado de parte del Parque de Artillería de si ejército desde Astorga a Ponferrada. Así lo anuncia a la Junta el Comandante del Parque Don Ignacio Benoya, solicitando 40.000 reales para poder realizarlo. También planea la formación de un depósito de víveres en Ponferrada, trasladando allí desde Astorga 600 fanegas de trigo; para lo cual comunica Don Manuel de Torres Moreno, 2º director de Reales Provisiones, a la Junta de Astorga, el día 15, la necesidad de que proporcione 30 carros con sus conductores al efecto. Los cuales son facilitados por el Comisionado Don Jerónimo Salvadores.
Ante la nueva llegada de las tropas británicas, el día 12, la junta había solicitado, el día anterior, al Marqués de la Romana, de nuevo la evacuación de sus tropas para hacer sitio a las británicas. También le rogaron que ordenara a sus jefes y oficiales de sus unidades que no acudiesen a Astorga en busca de fondos, si no era con su autorización, ante la escasez de sus recursos, los cuales ponía, sin embargo, a su disposición. La Romana responde a sus peticiones y solicita auxilio a la Junta para vestir a sus tropas, pues la caja de Caudales del Ejército de la izquierda está vacía. La junta el día 13, en medio de sus apuros por los numerosos suministros efectuados a las tropas británicas “cuyo importe no se ha reintegrado”, pone a su disposición 100.000 reales para la confección de vestuario a los que se une otro donativo del propio Obispo. Se confeccionarían en Astorga por indicación del Marqués 2.400 uniformes.
El día 14, Don Juan Lorenzo de Torre en villafranca, recibe un oficio de la junta de Astorga en el que asegura el cumplimiento de sus instrucciones del día 9 sobre los suministros y alojamientos de las tropas británicas. Que nada les faltara, pero le ruegan sus buenos oficios, para que se le reintegre pronto lo suministrado en especie y en metálico. Cuando menos la cantidad de 30.000 duros (600.000 reales), pues la Letra que se envió el día 6 de 20.000 duros al comisario británico no ha tenido efecto. Le acompaña la siguiente nota con el resumen del importe de los recibos entregados por los comisarios británicos en la provisión de la Junta en Astorga a precios acordados con ella. Desde el 15 de noviembre hasta el presente 13 de diciembre.
Carne 159.594 reales y 15 maravedies |
Pan 105.110 r. y 30 mv. |
Vino 69.573 r. y 12 mv. |
Paja 15.381 r. y 18 mv. |
Cebada 92.542 r. |
Leña 27.334 r. y 2 mv. |
Aceite 825 r. |
Prestado en metálico al Co. Drake 200.000 r. |
TOTAL 670,361 r. y 16 mv. |
El 14 de diciembre vuelve a tener noticias la Junta astorgana de sus Letras de Cambio, giradas a la comisará General del Ejército británico en La Coruña, de manos de la sociedad Ramón de la Barca e Hijos. Les comunica que si letra de 20.000 reales, a cargo del Comisario general William Coope (el único que puede autorizar su pago) no ha podido recibirla, pues ha salido hacia el ejercito. Les devuelve la Letra u les aconseja que la remitan a Villafranca del Bierzo, donde debe estas en estos momentos. Así debieron hacerlo, pues el día 16 la Tesorería de Astorga recibió la primera remesa de caudales por valor de 400.000 reales de mano del Capitán Mr. Pym.
Al día siguiente el Sr Coope insiste a la junta sobre los acopios de víveres, y esta le responde el 18 que lo intentará, pero que no les ha dejado fondos proporcionales al total de los acopios. La Tesorería de la Junta esta empeñada con préstamos y apenas ha recibido de los comisarios británicos la mitas de los suministrado, habiendo de abastecer también al Ejército Español de la Izquierda.
Volviendo al contexto general de la campaña, Napoleón ordena el día 19 al Mariscal Ney que, con su 6º cuerpo (16.000 hombres), cruce el Guadarrama. Tomara Ney el camino Real hacia Arévalo y Medina del Campo, mandando exploradores hacia Valladolid y Salamanca, Tres días después, el mismo Emperador le seguiría con la Guardia Imperial y la Reserva (42000 hombres). El objetivo era, en medio de un riguroso clima invernas, ganas en rapidez al ejercito de Moore, localizarlo, fijarlo y destruirlo, evitando así futuras intervenciones británicas en la península a favor de los patriotas españoles.
El día 20 de diciembre la junta de Astorga recibe varias instrucciones del Marqués de La Romana. En primer logar les vuelve a insistir en la absoluta necesidad de transportar granos a Ponferrada, que los carros preparados, y que fueron reembargados para el transporte de enfermos han de ser sustituidos inmediatamente por otros. También pide por medio del comisionado Don José Ortiz y de la Intendencia de su ejército la rápida instalación de un nuevo hospital militar de 400 camas en el convento extramuros de Santa Clara, al reservarse el seminario para el alojamiento de las tropas británicas. Esto es debido al número creciente de enfermos y su deplorable situación al no haber sitio en los otros hospitales de la ciudad. Todo el equipamiento se hará cardo de la junta y vecinos de Astorga y pueblos de su jurisdicción. Se les dará recibo de todo, que será reintegrado por la Real Hacienda cuando se pueda. Realmente la situación de los dos hospitales en Astorga era crítica. Don Leopoldo Saquetti, controlador del ejército y al cargo del hospital militar, informa que tiene más de 500 hospitalizados, de ellos 220 heridos de guerra y que solo dispone de un cirujano y dos practicantes, pues los demás han enfermado; pide a la Junta el auxilio de facultativos de la ciudad.
También ese día la Junta concede 1.000 raciones de pan diarias, que el General al mando de la 1ª División del Ejercito de la Izquierda desde Puente de Órbigo, Don Genaro Figueroa, había pedido para el suministro a sus 3.204 hombres, pues desde que estaban acantonados allí ni un solo día habían recibido su ración entera.
En la tarde de ese mismo día la junta informa al Marqués de la Romana con los más negros tites, que partidas de soldados enfermos son abandonadas por sus conductores en las calles, por temor a que se les reembarguen de nuevo sus carros o por que no se les abonan sus servicios; que trate de tomar medidas. Enseguida tal estado sanitario de la ciudad, ocupada por un número de personas que llegó a cuadriplicar su población, provocaría una epidemia de tifus que se cobraría un alto tributo en vidas de enfermos y aún de sus habitantes.
En estos últimos días de diciembre, con un terrible tiempo invernal, los acontecimientos empezarían a sucederse con una rapidez vertiginosa y apuntando todos a las más dramáticas circunstancias de la retirada del Ejército de Moore, los saqueos británicos y el desamparo que sufrieron los habitantes de Astorga y su Junta, a lo que hay que añadir la ocupación francesa, todo lo cual haría exclamar a un testigo de aquellos días:
“En Astorga los últimos días del año fueron el Juicio Final”[49]
La escasez de forrajes no es una mera excusa expuesta a los Comisarios británicos. La Junta tiene que acudir el 21 de diciembre al Intendente don jacinto Lorenzana, ante la falta de paja, para fabricar 400 jergones para las camas del nuevo hospital, pues han de abastecer también a una partida de caballería inglesa que, en breve, transitará por Astorga.[50]
Mientras, Moore, que desconoce los movimientos de napoleón, consigue reunir por fin todo su Ejército en Mayorga ese mismo día 20 de diciembre. Acuerda con La Romana actuar rápidamente contra Soult el día 24, tras dar descanso a sus tropas. Su caballería, a pesar de sus problemas de suministros de forrajes, de que hablaban los Comisarios británicos, inició toda una serie de brillantes acciones que fueron las mejores actuaciones de la caballería británica durante toda la Guerra de la Independencia (madrugada del 21 en Sahagún y mañana del 29 en Benavente).
El día 22 la Junta ve hecha efectiva otra de sus Letras de cambio, al recibir de mano del Comisionado Capitán Pym, otros 200.000 reales.[51] También se encuentra la Junta con la novedad de 160 soldados españoles enfermos y enteramente abandonados en el Colegio de los Seises de la Catedral, que habían llegado de madrugada. La Junta socorre en lo posible y solicita a don Leopoldo Saquetti que los atienda como pueda.
Entretanto, Moore y La Romana están a punto de caer en la tenaza que Napoleón les ha dispuesto; pero el servicio de Información de La Romana consigue avisarle del avance desde Madrid, a marchas forzadas, de un gran Ejército con el Emperador al frente, que se dirige hacia ellos. Por lo tanto, el Marqués puede informar de la peligrosa situación en que se hallan a Moore en Sahagún, en la tarde del 23. el general británico renuncia a cualquier intento ofensivo y repliega esa noche sus tropas al otro lado del Esla.[52]
A partir de ese momento su único pensamiento sería la salvación de su Ejército, en una huída frenética de tres semanas, a través de León y Galicia, que no pararía hasta La Coruña con el reembarqué de sus tropas y su propia muerte.
John Moore emprende la retirada el 25 en dos columnas, que habrían de juntarse en Astorga a marchas forzadas. Sus tropas ante la dificultad de los abastecimientos, comenzaron a realizar graves actos de saqueos[53].
Los Comisarios británicos acuden el 25 de diciembre a la Junta de Astorga, a fin de que proporcione nuevos suministros para las tropas en retirada. Esta le responde el 26 que activará sus diligencias, pero que no se compromete a que sean eficaces, a no ser que se le entreguen rápidamente otros 20 o 30.000 duros, cuando los caudales se acerquen a la ciudad. Pero apenas consiguen unos 30.000 reales[54].
La mañana del 28 Napoleón ya se encuentra en Valderas y la Junta astorgana responde al Comisario Capitán Pym que podrá proporcionar, sólo, entorno a una tercera parte de lo que se han solicitado, pues el país está exhausto, y la precipitación con que se suceden los acontecimientos no les permite otra cosa[55].
En la madrugada del 29 comienzan a llegar atropelladamente las fuerzas británicas a la ciudad, que toman prácticamente al asalto, sin respetar autoridad alguna. La junta impotente no puede menos que pedir auxilio al Marqués de La Romana en León, en un oficio urgente que le dirige esa mañana:
“…se han encontrado en esta ciudad desde la madrugada de unos ocho a diez mil hombres que, sin respetar autoridad alguna, se apoderan, no solo de los edificios, colocando a su antojo el número que les parece, sino que se propasan a tomar los comestibles y demás artículos de la propiedad particular, sin reservarse de esta especie de saqueo hasta los mismos hospitales de nuestros militares, … Ni la mitra ni la graduación de jefes distinguidos, a quienes también han atropellado, están seguros del desorden de estas gentes, que piensan hallarse todo en un pueblo demasiado corto y exhausto por los crecidos suministros que ha hecho hasta ahora. Esta es la situación en que se halla la ciudad, temiendo funestas resultas si V.E no dispone, de acuerdo con el general británico que ponga algún remedio… y que se dejen francas las puertas de la ciudad para facilitar de este modo el suministro de pan que ni aún permiten entrar”[56].
La mañana del 31 la infantería francesa del Ney y la Guardia ya han vadeado el Esla en Benavente y avanzan hacia La Bañeza. En Astorga, la Junta de León, en común con la Local, tienen sesión en las Casas Consistoriales a las diez de la mañana. Acuerdan la retirada hacia Ponferrada a través de La Cepeda Alta, por el Puerto del Morueco, al hallarse los de Foncebadón y Manzanal atascados por las tropas británicas y españolas. El Vizconde de Quintanilla ordena que se recojan los restos de los Caudales Públicos de las Administraciones. Los Administradores de Rentas Reunidas (el Regidor Don Ramón Martínez Flórez) y del Fondo de Consolidación y Vales Reales (Don Ambrosio Ramón Ayete) declaran no tener nada pues todo fue entregado a la Junta astorgana. Don Cayetano Rodríguez de Cela declara que los abundantes caudales de Bulas de Cruzada, que retiene, están comprometidos para el pago inmediato de suministros británicos a los Comisionados y Proveedores. Únicamente Don Pedro Rubín de Argüero, Administrador del Fondo de Expolios y Vacantes, entregaría 80.000 reales[57].
La Junta de León parte inmediatamente a las tres de la tarde. La Junta Local se disuelve. Pero antes pone a salvo la mayor parte de sus caudales en el Archivo de la catedral en la noche de ese día[58]. Algunos de sus miembros abandonaron la ciudad con parte de la población. Otros permanecen en ella; como el anciano Corregidor Costilla y el Obispo Don Manuel Jiménez.
Reunidos esa mañana Moore y La Romana en Astorga, no llegan a ningún acuerdo. Moore se niega a resistir en los puertos de montaña y deja abandonado a La Romana, que ve venirse abajo su propósito de defender Galicia, ventajosamente, en El Bierzo, y que los depósitos, que trabajosamente ha instalado allí se perderán a manos de los franceses. Tras amargos y mutuos reproches, se separan y emprenden ambos la retirada en medio de la nieve y la noche[59].
Esa madrugada llega la caballería francesa de Soult, y en la noche del 1 de Enero el mismo Napoleón entra en Astorga. Sus tropas exasperadas por las privaciones de tan dura campaña someten a Astorga a tres días de saqueo sistemático, que ocasionaría pérdidas evaluadas en la postguerra, en 18.000.000 de reales[60].
Se apropian por la fuerza del convento de Santa Clara que estaba preparado para comenzar a funcionar como hospital militar del Ejército de la Izquierda. La Junta responde al encargado de su puesta en marcha, Don José Ortiz, que la Comisión del Alojamientos tuvo que ceder “para evitar males que principiaban a temerse por la tenacidad y modos con que se proponía la solicitud”.[61]
Soult, por su parte, fuerza el paso sobre mansilla de las Mulas ante un destacamento de las tropas del Marqués de La Romana y marcha sobre León. El General español informa a la Junta de León que abandona la capital y que se retira con sus tropas a cubrir las entradas del Reino de Galicia, donde espera resistir con la ayuda británica. La Junta acuerda, junto al Vizconde de Quintanilla, representante de la Junta Central, abandonar también León, convocándose sesión para el día siguiente, 31 de diciembre, en Astorga[62].
Moore continúa su frenética retirada con el grueso de sus tropas que, a su paso por Benavente, Sahún y Valderas, cometen los mas violentos excesos. El mismo Marqués de La Romana relataría días después tales sucesos al ministro de la guerra en la Junta Central:
“… se han apoderado a la fuerza de las acémilas destinadas a nuestro ejército, de las mulas de tiro que arrastraban la artillería…No han satisfecho los carros y caballerías que han empleado en transportar sus inmensos equipajes y mujeres…Los comisarios han negado a dar en varios pueblos recibos de los víveres que les han suministrado las justicias, a otras les han rebajado arbitrariamente las cantidades que han querido…”[63]
Realmente, el Ejército británico de la época se había hecho notorio por sus desmesurados trenes de impedimenta, que les restaban movilidad. También por la costumbre, en estas primeras campañas, de que hubiera numerosos civiles (familiares, mujeres niños vivanderas…) que acompañaban a las tropas[64].
Desde el 14 hasta el 31 de diciembre la Junta de Astorga emplearía en abastecer a las tropas británicas y cerraría sus cuentas con el siguiente resultado:
Suministros 167.463 reales |
Gastos 25.525 reales |
Géneros robados por los franceses 213.763 reales |
(adquiridos para el ejército británico) |
Géneros robados por los ingleses 4.565 reales |
Dinero robado por los franceses 60.000 reales |
(reservado para el pago de suministros británicos) |
TOTAL 469.316 reales |
Que unidos a los 670.361 reales invertidos, también en el abastecimiento a los británicos, hasta el 13 de diciembre hacen un total de 1.141.677 reales, que deducidos los 630.000 reales entregados por los Comisarios británicos, resultó una DEUDA de 511.677 reales.
El proceso de cobro de esta deuda fue muy largo y laborioso. Únicamente diremos que sólo el 23 de junio de 1819, el gobierno británico, a través de una Comisaría en Lisboa satisfaría, solamente, 94.013 reales de la deuda, de los que se apropió la Real Hacienda Española[65].
[1] Martín Fuertes, J. A. (1988) De la Nobleza Leonesa, el Marquesado de Astorga. Ed. Vasco Hullera Leonesa S. A. [León].
[2] Los llamados “Cuartos y Alfoces”, a saber, los pueblos de: San Justo, San Román, Carneros y Sopeña, Brimeda, Valdeviejas, Murias, Castrillo de los Polvazares, Santa Catalina, Nistal, Celada y Bustos. Archivo Histórico Municipal de Astorga (AHMA), Legajo Nº 9, Caja Nº2.359, Datos sobre la Guerra de la Independencia, doc. Nº 292.
[3] Rubio Pérez, L. (1991) Astorga, un enclave Señorial de los Siglos XVII y XVIII [Astorga]. García Fuertes, A. (1997) Astorga según los Padrones de 1792 y 1837. Universidad de León, Departamento de Historia, Programa de Doctorado [Inédito].
[4] Entre 1808 y 1813 la ciudad estuvo siempre en primera línea de conflicto, como lugar continuo de paso de todos los contendientes; dos veces sitiada, y sometida a toda serie de contribuciones y exacciones en suministros y en dinero por los ejércitos, tanto franceses como españoles y británicos (éste último a finales de 1808). La guerra arruinaría a la ciudad y a sus moradores, sumiéndola en una profunda crisis demográfica y económica. Las Cortes de Cádiz reconocerían los sacrificios de la Ciudad en su Real Decreto Nº LXXIV del 30 de junio de 1811.
[5] Así le denominan las Autoridades políticas y militares españolas en la documentación de finales de 1808.
[6] Urgorri Rodríguez, A. (1987)Estudio y traducción de la obra justificativa del hermano menor de Moore“ Carrick Moore,J.; A Narrative of the Campaing of the British Army in Spain, commanded by his Excellency Lt. Gen. Sir John Moore “[La Coruña] Diputación Provincial de La Coruña; ver especialmente las pags. 30 – 47.
[7] AHMA, Legajo nº 8, Actas de la Junta de Defensa y Armamento de Astorga, y documentación aneja, 438 documentos (junio – diciembre de 1808). También, Legajo nº 9, datos sobre la Guerra de la Independencia, Miscelánea de 1.074 documentos de todo el periodo bélico y de la posguerra.
[8] La nueva Junta es prácticamente un claco del anterior Regimiento. El pueblo, aparte de sus dos Diputados del Común, y un procurador General Personero, sólo se presenta por cuatro nuevos diputados, elegidos por los Vocales de las siete parroquias; y de las cuales tres son hidalgos (un comerciante acomodado, un abogado y un propietario rentista) y sólo uno pertenece el estado llano (un boticario). Resumiéndose el antes y el después de esta manera: Regimiento de Astorga (mayo de 1808) Junta de defensa y Armamento (junio de 1808)
Estado noble: 7 personas Estado noble: 12 personas
Estado eclesiástico: 2 personas Estado eclesiástico: 12 personas
Estado llano: 3 personas Estado llano : 4 personas
Legajo Nº 8, Actas día 5 de junio, AHMA, y Padrón de Astorga de 1792, Caja 10.804, Archivo Histórico Provincial de León (AHPL).
[9] AHMA, Legajo Nº 8, Doc. nº 22, y Actas de los días 10, 11, 21 y 28 de junio.
[10] El 31 de diciembre de 1808 lo recaudado por la Junta, procedente de Caudales Públicos, ascendería a la cifra total de 777.852 reales. AHMA, Legajo nº 9, Doc. nº 1.007.
[11] QUINTANA PRIETO, A. (1978) La Tesorería de la Junta de Armamento y Defensa de Astorga [Astorga], y AHMA, Legajo nº 8, Doc. 1.071.
[12] AHMA, Legajo Nº 8, Actas del 29 de septiembre. Fueron alojados en el Seminario.
[13] En este necesario extracto del Plan de Operaciones de Campaña del ejército Auxiliar Británico de Sir John Moore, seguimos las obras de:
ARTECHE, J. C. Guerra de la independencia, Tomo IV, Madrid, 1881.
PRIEGO, J. Guerra de la independencia, Tomo III SHM, Madrid, 1972.
AMAN, CH. A History of the Peninsular war, Vol I, Oxford, 1902.
IHCM (Madrid) Campaña de Moore: El ejército inglés en España, Legajo Nº 2, y (Cap. 1 y 10) y Legajo Nº 3, (Cap. 13 y 14).
[14] VAUGHAN, Ch. R. (1987) Viaje por España, Traducción y estudio de Alonso RODRÍGUEZ, Manuel. Universidad Autónoma de Madrid [Madrid].
A su llegada a Astorga, el 14 de septiembre, fueron recibidos por la Junta que les costeó un coche de caballos para la continuación de su viaje hacia Valladolid. AHMA, Legajo Nº 8, Actas de los días 14 y 30 de septiembre.
[15] VAUGHAN (ob. Cit. Pp. 84). Pesarían en el ánimo de las autoridades gallegas años de ataques ingleses a sus costas en el marco de guerras no muy lejanas, los gastos ocasionados por un ejército en marcha a través de una región ya agotada, momentáneamente, de recursos tras la formación de los ejércitos españoles de Galicia y de la Izquierda y un espíritu de optimismo infundado de que la guerra estaba prácticamente resuelta y los franceses serían pronto expulsados totalmente de España (pp. 47 y 48).
[16] ARTECHE, J. (ob. Cit. Tomo IV, apéndices Nº 3).
La división británica del General Sir David Baird tenía una fuerza efectiva de :
Artillería a caballo y Artillería Real a pie: 611 soldados
Caballería: 3 regimientos (7º, 10º y 15º de húsares) con 1.538 jinetes
Infantería: 14 batallones con 8.573 soldados
TOTAL: 10.722 hombres.
[17] AHMA, Legajo nº 8, Docs. nº 301 y nº 302.
[18] PRIEGO, J., (ob. Cit), Tomo III. p. 181
[19] AHMA, Legajo Nº 8 Doc. Nº 218.
[20] Actas de la Junta Suprema del Reino de León, día 23 de octubre, Tomo III, archivo histórico de la Diputación de León, (AHDL). A raíz del intento de reorganización que hace el General Cuesta de la junta de León, y su enfrentamiento con ella, la Junta de Astorga, el 21 de septiembre, se niega a enviar un Diputado representante a la de León, aduciendo órdenes del General Cuesta. AHMA, Legajo Nº 8, Actas de la Junta Local.
[21] VAUGHAN, Richard, (ob. Cit. p.158).
[22] AHMA, Legajo Nº 8, Actas del día 2 de noviembre.
[23] La intendencia del Ejército británico estaba, en estos tiempos, en manos de Comisarios miembros del Servicio Civil. No sería hasta 1810 cuando se militarizaría tal servicio en aras de mejorar su efectividad, tras amargas experiencias.
[24] AHMA, Legajo Nº 8, Actas día 3 de noviembre. AHPL, Padrón de Astorga de 1792, Caja 10.804.
[25] AHMA, Legajo Nº 9, Docs. 885 y 889, Raciones para las tropas (10.722 hombres), Pan 1’5 libras por hombre al día. Carne: 1libra h/d. vino: 1 pinta (mas o menos 1 cuartillo) h/d. Aguardiente: 1 botella 6 h/d. Leña: 2 libras h/d. Aceite de alumbrado: 1 pinta 50 h/d. Raciones para las caballerías (50 caballos y 1.000 mulas que se prevén en la División de Baird). Caballos: 10 libras de cebada y 15 libras de paja al día (mezcla). Mulas: 7 libras de cebada y 10 de paja al día (mezcla).
[26] AHMA, Legajo nº 8, docs. (en francés) nº 254, 255,256 y 257, todos con fecha 15 de noviembre.
[27] AHMA, Legajo nº 8 doc. (en francés) nº 258.
[28] AHDL, Secretario del Ayuntamiento de León, había sido uno de los seis Diputados electos por las 13 parroquias de la capital para la Junta Suprema Gubernativa del Reino de León. Actas día 30 de mayo.
[29] AHDL, Actas de la Junta Suprema de León, día 18.
[30] AHMA, Legajo Nº 8, doc. nº 247. Se comisiona a la Junta de Benavente a tal efecto.
[31] Actas de la Junta de León, día 20, Tomo III, AHDL.
[32] Se pidieron 75.000 libras de galleta, 15.000 cuartillos de vino, 65.000 libras de pan fresco, 250.000 libras de cebada e igual nº de paja. Legajo nº8, Doc. Nº 238, AHMA.
[33] AHMA, Legajo Nº 8, Doc. Nº 238.
[34] AHDL, Actas de la Junta Suprema de León, día 22.
[35] AHMA, Legajo Nº 8, doc. nº 275.
[36] BALAGNY, B. Campne de l’Empereur Napoleón en Espne, 1808-1809,Tomo II,pp. 632-634, París, 1903.
[37] AHMA, Legajo Nº 9, Doc. Nº 995. Legajo nº 8, Doc. Nº 241 y 245.
[38] AHMA, Legajo 8, doc. 242.
[39] AHMA, Legajo nº 8, Doc. Nº 261 y 246.
[40] AHDL, Actas de la Junta Suprema de León, día 25 de noviembre.
[41] AHMA, Legajo nº 8, doc. nº 243.
[42] AHMA, Legajo nº 8, doc. nº 274.
[43] AHMA, Legajo nº 8, doc. nº 262 y 263.
[44] AHMA, Legajo nº 8, Ddoc. nºs. 259 y 260.
[45] AHMA, , Legajo Nº 8, doc. nº. 370, 375, 379, 382 y 394. ARTECHE, (ob. cit., Tomo IV, apéndices, pp. 530-531).
[46] VAUHUGAN, (ob. cit., pp. 208-209).
[47] AHMA, Legajo nº 8, docs. nº 251 y 252.
[48] AHMA, Legajo nº 8, docs. Nºs 266 y 267.
[49] Salcedo Ruiz, A. (1910) Astorga en la Guerra de Independencia [Astorga], pág. 83.
[50] AHMA, Legajo nº 8, doc. nº 406.
[51] Quintana Prieto, A. Ob. cit., pags. 84-85.
[52] Priego, J., Ob. cit., pág. 205.
[53] Las tropas británicas nunca mostraron la capacidad de frugalidad y resistencia de las tropas españolas o francesas en campaña, necesitando siempre gran cantidad de provisiones. “La menor señal de que faltaban alimentos bastaba para provocar numerosos casos de indisciplina” GATES, D. La Úlcera Española, Oxford, 1984, pp. 38-41. ROUX, G. La guerre Napoléonienne de Espne, 1970, p. 170.
[54]AHMA, Legajo Nº8, Doc. Nº 416 y Legajo Nº 9, Doc. Nº 1011. No hay documento concreto que muestre la entrega de los 30.000 reales, pero esta cantidad aparece consignada en la suma total de 630.000 reales que abonaron los británicos en esta campaña, según un documento del 16 de noviembre de 1818.
[55] AHMA, Legajo Nº 8, Docs. Nºs 417 y 148. Habían solicitado para abastecer a 24.000 hombres durante tres dias: 72.000 raciones de pan, idem de carne, 36.000 raciones de vino, idem de leña, 14.000 raciones de paja y 3.000 fanegas de cebada.
[56]AHMA, Legajo Nº 8, Doc. Nº 421. SALCEDO RUÍZ, A. Astorga en la Guerra de la independencia, Astorga, 1901, pp. 81-83. extracta “The Memoirs of Baron de Marbot” 1892. BALANGNY, B. (ob. cit. ,Tomo IV, pp. 80-81).
[57] AHDL, Actas de la Junta de León, día 31 de diciembre, Tomo IV, AHDL.
[58] QUINTANA PRIETO, A. (ob. cit., p. 32).
[59] Ninguno sobrevivió a la guerra. Moore murió al frente de sus tropas en Elvira 16 días después. La Romana lo haría el 23 de enero de 1811 en Cartaxo (Portugal) víctima de un aneurisma, cuando se proponía acudir en auxilio de Badajoz, sitiado por los franceses. En su cortejo fúnebre la banda Regimental del 79º Británico (Camerons) entonó el emotivo “To the Land of the Leal”, en recuerdo a su gesta con la División del Norte. HAYTHORNTHWAITE, P. (ob. cit., p. 157)
[60] RODRIGUEZ DÍEZ M. Historia de Astorga, Astorga, 1909, p. 444
[61] AHMA, Legajo Nº 8, Docs. Nºs 419 y 420.
[62] Actas de la Junta de León, tomo IV, AHDL.
[63] ARTECHE, J (ob. cit., Tomo IV, pp 98-100).
[64] “the presence of numerous woman and children in the column for Moore’ s Army, as was normal in this day, had a considerable ‘ tail ‘ of wives and camp-followers, added another dimension of pity to the terrible retreat” WINDROW, M. Military Dress of the Peninsular war, London, 1974. Varias docenas de estas mujeres y niños, junto a militares enfermos y rezagados, quedaron en Astorga incapaces de continuar la marcha, refugiados en el convento de Santa Clara (del que se habían apropiado) cayendo en manos francesas. Según el Barón Marbot relata en sus memorias, el mismo Napoleón se los hizo presentar, ordenando auxiliarlos y enviando a Moore un parlamentario comunicándole que en cuanto lo permitieran las circunstancias serían remitidos a sus soldados sus mujeres e hijos.
El pintor H. Lecomte, que acompañaba al emperador, plasmó este hecho con apreciable verosimilitud en un cuadro no demasiado conocido que actualmente se halla en el museo de Versalles, y del que adjuntamos un grabado realizado por Samuel Cholet.
[65] AHMA, Legajo nº 9, docs. Nº del 881 al 1.012.